lunes, 1 de agosto de 2011

Hola, me llamo _____.


No soy blanca, ni afrodescendiente, ni indígena o asiática, podría entrar en la categoría de mestiza. No creo en el islam o budismo, aunque crecí en un seno católico, Dios me vale un pito. Los cristianos me dan dolor de cabeza y otras sectas, me dan miedo.

No le voy al América o a las chivas, ver a once jugadores persiguiendo a un balón no produce en mi gran euforia. Tampoco el baloncesto ni una carrera de cien metros; aunque disfruto las carreras en hielo, ese mover de glúteos me hipnotiza.

Me aburren las películas de acción y las de terror me da risa; los melodramas pueden hacerme enternecer y si hay mucha violencia, no puedo cerrar los ojos. Si estoy en mi casa, no me gustan que las películas tengan comerciales y en el cine extraño el medio tiempo.
A veces trago, como si no hubiera un mañana: odio el pimiento, el apio y la pancita. Por lo único que voy a algunas reuniones familiares, es por la comida ¿Algunas? Hay olores que me recuerdan a mi infancia, como el de quemado, mi hermana hacía al principio mal de comer. El pan puede ser mi perdición o la única opción de alimentación en una casa desprovista de más comida.

No me agrada limpiar mi casa, pero hasta yo tengo un límite en el caos. No me baño, a menos que salga y si de mí dependiera, no me cepillaría el cabello. Me obsesiono con las manos limpias y con la suavidad de las mismas, quizás no sean muy hábiles, pero  acariciarlas con mis labios, podría ser mi peor obsesión.

Detesto las matemáticas, pero el número 8 es mi preferido. Quisiera entender el tiempo, pero no medirlo. Tengo alma de humanista, pero estomago de científico. Las ingenierías me son inútiles, aunque sé que sin ellas no viviría llena de comodidades.

La música me llena, pero no se ni un maldito acorde, a veces pienso mi vida como una ópera, la gorda aun no sale a cantar, que siga la función.

No me gusta el sexo tan explicito, pero creo ser sádica, el dolor puede llevarme a encontrar un placer extraño, me llena ver el dolor de mi pareja, no excesos claro. No discrimino entre hombre o mujer, pero si lo hago ya en los detalles de cada persona. El orgasmo entra de muchas maneras, aun busco el que sea en espiral.

No soy moralista o eso intento al menos, no sé bailar, no me gustan los antros, ni el ruido excesivo, no canto bien, no pinto bien y escribir, sé que puedo hacerlo mejor.


No soy alcohólica, pero me encanta el tabaco, no soy flexible, pero puedo moverme lo suficiente;  no soy corrupta, pero digo muchas mentiras.


Me han amado, pero ahora me pregunto si yo un día lo haré.



                               No sé quién soy, pero sé que no soy.

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