domingo, 3 de octubre de 2010

Bajo las sabanas

Debía esperarlo entre la oscuridad de la mañana no admitida.

Te metes entre todos sus prejuicios, parece un simple abrazo. Tu camisa descubre un poco de piel, las yemas de sus dedos rozan tu cuello cada botón sale disparado mostrando un  blanco torso ajeno a ella. Tu cuerpo gira en su dirección hasta quedar frente a frente, pedazos de carne deseosos por contacto con el grito en la garganta y electricidad entre las piernas.

Cortas el límite entre tu mano y el pantalón que le aprisiona las sensaciones, la observas quitándole el control, te teme. Tus dedos buscan refugio, a ella se le escapan gemidos que intenta ahogar, se disparan las piernas cada vez mas abiertas.

El tono de tu voz es tan diferente que sospecha estar con otro hombre.

Está justo debajo de tu vientre llenándose la boca, saboreándote, sujetas su cabeza dirigiéndola, quieres más fuerte y profundo, más. Reacciona, hace frío esta sorprendida no sabia si parar o seguir, se separa con un beso de tu cuerpo se voltea, la ves con sorpresa y decepción ella solo quiere dormir y tragar su vergüenza debajo de la sabanas.

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