domingo, 26 de septiembre de 2010

Un horrible sueño

¡Bum!, provenía de atrás, gente gritando, caos, un tiron…


-Suelta mi mano sepárate de mí, ¡Olivia corre!


Rubén en el suelo, una mancha roja en su hombro izquierdo sus ojos gritaban miedo, entre groserías jale su peso hacia un callejón – SUELTAME!-. Trate de limpiar lo que emanaba de su herida, lloraba pensando en que pronto nos encontrarían. Nunca vi la puerta, hasta que dos chicos me empujaron hacia ella y otros 3 cargaron a Rubén, estábamos en una tienda, había un grupo de gente, muchos con heridas, olía a perfume…
Lo dejaron en una esquina en el suelo, respirando cada vez mas golpeado y lento lo tome por la espalda – Rubén, Rubén, RESPONDE- escuche murmullos - shhh, si no te callas, los sacamos-. Percibí como su piel era mas fría sus movimientos rígidos, lo sacudí y el solo me miraba, su ojos se volvían gelatina, de su boca salían sonidos ahogados, sentía la sangre en mi cara, la unica palabra que escuche fue un raspado perdón, le cayeron algunas lagrimas en su playera entre tierra y sangre aun estaban esas palabras subversivas, levante la vista al techo, salio un quejido no se si de el o de mi.


Muchos golpes me arrancaron el llanto, sentí un miedo tan intenso que mi piel parecía la de un gato apunto de brincar, mire hacia la cortina metálica, muchos pies tapaban la luz que entraba abajo, mas golpes y gritos, pedían entrar, mire a mi alrededor pero nadie se movía solo miraban hacia abajo, una chica de grandes lentes y peinado asimétrico clavo su mirada y dijo – Ellos o nosotros- asintió el grupo a mi alrededor, abrace mas a eso que estaba dejando de ser mi amigo sentí sus latidos pesados, pero aun fuertes, le dije que lo amaba, que se pondría bien, aun faltaba mucho y no podía dejarme. Faltaba ver a sus hijos mimados por mi, nuestras maestrias, faltaba contar nuestras canas hablando de nuestras ilusiones y de cómo la juventud de ahora era apática y sin sentido, enojarnos cuando nos digan señor ,justificar nuestro peso, envejecer, el logro sonreír, sus dientes manchados de rojo y su aliento a carne muerta llevo a mi cuerpo a un golpe eléctrico, lo único que sentía en mis piernas era un frío intenso. 


El miedo ataco mi razón me dio un ataque de asma como nunca tuve en mi vida, temblaba, salían palabras sin terminar, me ahogaba, trate de calmarme Rubén temblaba al verme, sentí la mano pesada de alguien, una mujer me golpeo solo vi su vientre, mi cara caliente e hinchada, ella se sentó a mi costado derecho como un padre vigilando que su hijo terminara la tarea.


Aun había gente intentando entrar, un grito de mando dio un silencio tan pesado como el gas que entraba por abajo de la cortina, mas gente gritaba, veía como se empujaban, disparos de una ametralladora inauguraron los ruidos de muchas mas armas que dirigían sus bocas hacia nosotros protegí con mi cuerpo a Rubén quien había dejado de moverse, pero no de respirar, escuche como las balas rebotaban por el cuarto, vi morir a la chica de peinado asimétrico por una bala, justo en medio de los ojos, su cuerpo callo, aun me miraba y vi como la vida se le escapaba por la boca, afuera se escucho la retirada marcial silencio, frío… quien diría, que moriría primero.





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