lunes, 24 de octubre de 2011

Fragmento ...

Le quito la ropa, no opone resistencia el hombre hediondo, es más, con una de sus manos busca entre mi cuerpo la entrepierna, ya con el pecho descubierto no resisto deslizar  mi lengua en medio de su pecho, mi saliva deja una marca de pequeñas chispas plateadas, marca mi camino a seguir .Ya encima del él, sintiendo su sexo fuerte, apretando mis nalgas, uno mis manos alrededor de la boquilla [De la botella de ron], levanto mis brazos lo más alto que puedo, abro al máximo mis parpados y con un movimiento vehemente, clavo en medio de su pecho y lo giro, los ojos del vagabundo se abren sorprendidos, su boca muestra unos dientes  amarillentos, repito la acción  una, dos, cinco, nueve, mi rostro se empapa de sangre fresca, diez, trece, quince, el tipo se deja de mover , veo como su mirada se torna opaca y dura, sigo clavando, deseosa de escuchar sus costillas romper ¡Crash! Como aquel día en el salón de clases, como aquel día en el campamento, donde ame por primera vez un cuerpo, donde vi ese pequeño corazón desistir de latir.

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