lunes, 21 de marzo de 2011

Repetición continua

Entre cierro las cortinas.Me desvisto dejando pegada al piso mi playera, mi pantalón, mi brasier, mi moral, mi pudor.
Frente al espejo observo cuidadosamente el cuerpo imperfecto, con las manos voy quitando sin prisa la capa de lo que me dijeron que tenia que ser, en verdad desnuda.Esta es una cita con mi placer.
Volteo hacia la cama, pasiva y a la espera, algo dudosa recargo mi cuerpo encima de mis prejuicios, los asfixio. Doy unas cuantas vueltas trato de asentar mis  deseos, después de un rato me detengo, mi mirada hacia el techo y los pensamientos hundidos en los recuerdos activadores del libido, cierro los ojos, en mis parpados comienza a correr la cinta de mis experiencias y deseos, sin nombres ni relaciones, solo sensaciones.
Mis manos ansiosas parecen moverse autónomas, las yemas receptoras bailan, al principio torpes entre ingenuidades y perversiones, intento seguir evitando la zona que separa mis extremidades inferiores pero su calor es un imán que no puedo seguir evadiendo; abro los ojos la luz tenue hace que mi cuerpo tenga tonalidades ensombrecidas  y marmoleadas.
Mi respiración comienza a ser agitada y profunda, mis manos  juguetean, mi piel se eriza, la humedad aumenta, la profundidad de mi entre pierna grita desesperada. las manos se separan; la izquierda quiere seguir bailando, la derecha se detiene, dejo de ser un juego.
Detrás de mis orejas comienza una melodía tibia, va al compás de mis manos, la izquierda se inserta cada vez mas profundo, mi boca entreabierta  deja salir gemidos acallados por la negación a mi cuerpo, emana como hilos calientes, hacen la atmósfera sea pesada, extasiante.
Mi brazo derecho harto de su confusión se dirige a mis senos que siguen firmes y a la espera, mi piel esta mas alerta que nunca a la fricción de mis partes, me colapsa, me pierde en movimientos imperceptibles para quien no escucha esa melodía tibia que poco a poco va conbirtendose en rapida y violenta mi corazón grita que pare la faena, pero mis huesos, mi sexo y mi piel suplican a mis manos que sigan
El orgasmo comienza a pronunciar un discurso lentamente por todo mi cuerpo, mis pupilas se dilatan mostrandome por un instante una larga gama de colores deesconocidos, mi olfato se atiborra de olores extasiantes a mi boca llega el sabor del placer, solo por un insante...














Logre el movimiento perpetuo.

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